Cuento Mindfulness : El secreto de las
hermanas Mente.
Cuento para todas las
edades.
Había una vez dos
mentes hermanas, una era muy inquieta, siempre estaba haciendo cosas, le
gustaba llamar mucho la atención,…la otra era mas calmada, mas reposada,…pero
en definitiva se daba mas cuenta de lo que pasaba a su alrededor, y también, en
cierta manera, del pequeño problema que tenía su hermana mayor, Ociosa
Mente,…que no podía pararse quieta, y le contaba a su hermana, Clara Mente, el
hervidero que tenía en su cabeza.
Clara, reconocía que el
impuso en cierta manera frenético de su hermana Ociosa, la apartaba muchas
veces de valorar y apreciar mas el presente, al estar siempre en otra cosa
excepto prestando atención plena a lo que estuviera haciendo.
Ociosa, le preguntó un
día :
- Clara, ¿ como lo
haces para descansar?, tengo la cabeza que parece que llevo mas gente de la que
he invitado, y están siempre como corriendo de un lado a otro, …me he dado
cuenta que parece que no llego nunca a atrapar el tiempo, y que mi cabecita
tiene vida propia, y no la puedo controlar como yo quisiera.
- Me das envidia, al
verte la mayoría de veces, tan serena, atenta y alegre, como si supieras algo
que desconozco, un secreto que te da esa calma y claridad que a mi me falta.
Ociosa, querida
hermana, ahora que lo comentas, te explicaré una cosa, que me enseñó nuestra
abuela Sabia Mente, y que desde entonces, me ha sido de gran ayuda. Un día, que
estaba yo atribulada, por algo que me pasó, y no podía parar de pensar sobre
ello, nuestra querida abuela, me contó lo siguiente:
- Clara querida, quiero
enseñarte como puedes tal vez, soltar esa carga, hay un refugio en tu interior,
a donde puedes acudir. Me explicó, a continuación, que respirara, pero que me
diera cuenta de ello, ese era el “truco” que quería compartir conmigo, que me
llevaría al refugio. Me dijo que al ir prestando atención a mi respiración, no
a pensar en ella, sino a observar cuerpo y sensaciones a medida que iba
respirando, era como uno emprendía el camino hacia ese refugio interior. La
abuela me avisó de que los pensamientos serían como nubes que iban pasando, y
que uno, debía devolver la atención a la respiración, eso era como no salirse
del camino, para no perderse y llegar al refugio.
- De manera
sorprendente, para mí, después de practicar el “truco” por unos minutos, aunque
pasaron varias nubes de pensamientos, entre ellos, los que antes no paraban de
revolotear por mi cabeza,…sentí como al verlos pasar, y dejarlos atrás,
volviendo a sentir mi respiración, llegaba a un refugio donde experimenté las
cosas con mayor claridad. De alguna manera me encontré mas conectada a lo que
pasaba a mi alrededor, pero de manera sorprendente, también era como si hubiera
creado un espacio y tampoco me sentía como antes, tan identificada por todo lo
que pasaba por mi cabeza, entendí que en ese espacio se encontraba mi refugio
interior, donde siempre puedo acudir a descansar de mi propia mente, y en
verdad querida hermana,…se está uno tan a gusto en este refugio particular.
Se echaron a reír,
contentas de haber compartido esta enseñanza, a partir de ese día, Ociosa
empezó a acudir de manera frecuente a ese refugio particular, y logró controlar
mejor su atención, aprendió a no identificarse tanto por lo que pasaba por su
cabecita, a disfrutar incluso mas de lo que hacía, a hacer menos cosas tal vez,
pero a hacerlas con plena atención.
Actividad :
¿Quieres comprobarlo?-
Invito a cada uno a emprender ese viaje interior hacia su propio refugio.
Inténtalo según explica Clara Mente en el cuento, pon en práctica el “truco”
que le explicó la abuela Sabia Mente.